26 ago 2011

Acusan a un austríaco de 80 años por abusar de sus hijas durante más de 40 años

  • Las hijas sufren "retrasos intelectuales", informa la policía
  • Su padre les prohibió hablar con la gente y amenazó de muerte

Un austríaco de 85 años está acusado de haber maltratado y abusado sexualmente de sus dos hijas, actualmente de 53 y 45 años, durante más de 40 años, según han informado este jueves fuentes policiales.
El sospechoso, que vive cerca de la ciudad de Braunau, al norte de Austria, tenía a las dos mujeres encerradas en una pequeña cocina que solo tenía un banco de madera como cama. La policía indica que podría haber estado abusando de ellas desde 1970 hasta el pasado mes de mayo. Aparentemente, también habría estado maltratando a su mujer, que murió hace tres años.
Según el jefe de Policía de la Alta Austria, Alois Lissl, las víctimas han dicho que no se habían atrevido a denunciar a su padre porque éste, poseedor de armas, les había prohibido contactar con otras personas y las amenazó reiteradamente con matarlas.
Aunque la vivienda tiene varias habitaciones, el padre solía encerrarlas en una pequeña sala, donde también las pegaba y las violaba.
El caso se descubrió por casualidad, cuando el octogenario intentó, el pasado mes de mayo, un nuevo acercamiento sexual y su hija mayor se defendió con un golpe que lo tiró al suelo. El hombre no se pudo volver a levantar y las hijas lo dejaron dos días tirado, hasta que fue hallado por una trabajadora social, que llamó a una ambulancia.
"Las presuntas víctimas sufren retrasos intelectuales", ha informado el comandante de policía Martin Pumberger, y ha añadido que ambas están ahora bajo protección y tratamiento. "Es evidente que las mujeres se sienten aliviadas al verse liberadas", ha concluido.

Reminiscencias del "Monstruo de Amstetten"

Fuentes de la Fiscalía de Ried, que lleva el caso, han confirmado que ambas hijas son discapacitadas psíquicas y algunas semanas después de que se descubriera el caso, han comenzado a explicar los maltratos que sufrían por parte de su padre, que rechaza las acusaciones.
Este caso recuerda al de Josef Fritzl, que impactó a los  austriacos hace tres años. Fritzl, que tuvo siete hijos con su hija, a la que tuvo encerrada en el sótano de su casa durante 24 años, y que fue condenado a cadena perpetua en 2009.


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