28 ago 2011

Nueva York escapa casi ilesa a la furia de 'Irene'

Lluvias torrenciales y rágafas de viento barrieron Manhattan y provocaron caídas de árboles e inundaciones en algunas calles y subsuelos, pero Irene no descargó toda su furia sobre el corazón de Nueva York y siguió camino como tormenta tropical hacia el noreste de Estados Unidos.
Tras una inédita orden de evacuación obligatoria para 370.000 personas que muchos desoyeron quedándose en sus casas, la Gran Manzana salió el domingo casi ilesa del tan temido huracán -luego degradado a tormenta tropical- el primero en amenazar la ciudad desde Gloria en 1985.
Fueron Coney Island en Brooklyn (sudeste), donde el agua subió hacia las 08H45 locales (1245 GMT) provocando caos en esa popular playa conocida por su parque de atracciones, y Long Island, en el noreste del estado de Nueva York, que experimentaron algo de la furia de Irene.



Al ritmo de 'Irene'

En Manhattan, lluvias, relámpagos y fuertes ráfagas de viento intermitentes marcaron el ritmo durante la noche del sábado y las primeras horas del domingo en una ciudad fantasma, pero la situación nunca pasó a mayores.
En la zona de Meatpacking, junto al río Hudson en el oeste de la ciudad, varios subsuelos se inundaron y la gente recurrió a bombas de extracción para sacar el agua.
"Hemos estado trabajando toda la noche. Se inunda a veces, pero esta vez es mucho peor. Sacamos agua toda la noche y sigue lleno", dijo a la AFP Higinio Díaz, un mexicano de 56 años y empleado de un edificio en la calle 14 y Washington Street.
Por la mañana temprano, cuando las ráfagas de viento barrían la ciudad, las calles y avenidas de Greenwich Village estaban desiertas y era imposible encontrar un taxi.
La muy comercial Bleecker Street estaba bloqueada por la caída de un árbol y otras calles cerca del Hudson tenían agua, aunque no demasiada.
La mayoría de los comercios estaban cerrados en esa zona habitualmente muy bulliciosa. Apenas un almacén se encontraba abierto en varias manzanas a la redonda.
"Está tranquilo todo. No está pasando nada, pero el río se está saliendo. Si llega, me voy en mi carro que es grande", afirmó Feliciano Fitz, otro mexicano de 43 años que trabajaba en ese comercio.
En el extremo sur de Manhattan, en Battery Park, de cara a la Bahía de Nueva York y la Estatua de la Libertad, la marea alta matinal provocó la inundación de la zona de la costanera.
"Definitivamente esto no es normal. Es una consecuencia de Irene", aseguró a la AFP un responsable del Departamento de Parques y Recreación de Nueva York, William Castro, que se encontraba en el lugar en ese momento.
Las calles en torno a Wall Street estaban desiertas también y sólo se veía a algunos equipos de televisión que esperaban por Irene.
Sin embargo, pasadas las 09H30 locales (13H30 GMT), la lluvia y el viento se fueron apaciguando y el cielo comenzó a aclararse.
La Estatua de la Libertad, una tenue sombra apenas visible en el horizonte hasta ese momento, surgió de repente en todo su esplendor.
Aunque el mar estaba agitado, ya no había agua en la explanada de la costanera y empezaban a aparecer los primeros curiosos con sus cámaras fotográficas. No había dudas: Irene se había ido.


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