El Solar Impulse, el primer avión de la historia que ha realizado un vuelo de 26 horas únicamente alimentado por la energía del sol, despegó a las 08:20 hora local (06:20 GMT) de hoy de Payerne, al suroeste de Suiza, con dirección a Madrid, donde hará una escala antes de llegar a Rabat, su destino final. El avión recorrerá en total 2.500 kilómetros sin una gota de carburante y con una emisión cero de dióxido de carbono.
El despegue se efectúo con algo más de una hora y media de retraso con respecto a la hora prevista debido a la intensa neblina, que se disipó con los primeros rayos del sol.
Madrid será una escala técnica y tras su aterrizaje, previsto a partir de las 00:00 horas GMT del viernes en el aeropuerto de Barajas, la aeronave permanecerá en tierra para ser sometida a diversas revisiones técnicas, al menos hasta el próximo lunes.
El destino final del avión solar es Marruecos, donde el equipo de Solar Impulse ha sido invitado para participar en una ceremonia que marcará el inicio de las operaciones para la construcción en la región de Ouarzazate de lo que será la planta termo-solar más grande del mundo, con una capacidad de 160 megavatios.
Antes del despegue y en una comunicación por correo electrónico el piloto del Solar Impulse, André Borschberg, declaró su entusiasmo por "una partida que esperábamos desde hacía semanas". "Nuestros meteorólogos han encontrado el momento oportuno y hemos decidido probar nuestra suerte. Este vuelo con destino final en Marruecos es otro paso hacia delante, un nuevo desafío. Sobrevolar los Pirineos ayudados únicamente de la energía solar es una demostración más del increíble potencial de esta tecnología", dijo.
"Simboliza el espíritu pionero necesario para responder a los desafíos actuales"
Bertrand Piccard, fundador del proyecto y que realizará el segundo trayecto entre Madrid y Rabat, manifestó por su parte que el Solar Impulse "simboliza el espíritu pionero y de exploración necesario para encontrar nuevas soluciones y responder a los desafíos actuales, al margen de viejas costumbres y certidumbres".
Con 12.000 placas fotovoltaicas que recubren sus inmensas alas, el Solar Impulse tiene la envergadura equivalente a la de un Airbus A340 (63 metros), pero un peso (1.600 kilos) equivalente al de una furgoneta grande, con una cabina para el piloto en la que apenas cabe una persona sentada.
Este vuelo es además una especie de ensayo general en el marco de los preparativos para la vuelta al mundo que el avión solar realizará previsiblemente en 2014.
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