Primero tuvo que ceder Reebok, con un pago de 25 millones de dólares (19 millones de euros). Y ahora es esSketchers la que cierra un expediente tirando de chequera. Había sido acusada por las autoridades que regulan el comercio en EE UU de exagerar con su publicidad los efectos tonificantes de las zapatillas que comercializan. Skechers, tras optar por aceptar un trato para zanjar la investigación, tendrá que abonar 40 millones de dólares (unos 31 millones de euros) y permitir a quien lo desee devolver el producto, aunque insiste en que nunca trató de engañar al consumidor.
Skechers empezó a vender este tipo de calzado hace tres años. Entre las estrellas que usaba en su campaña publicitaria estaba Kim Kardashian, que protagonizó un anuncio en la final de la liga profesional de fútbol americano en 2001, donde se pagan las mayores cifras por un espacio durante la emisión deportiva. Ahora no podrá hablar de esos beneficios sin pruebas.
El precio de este tipo de calzado ronda entre los 60 y los 100 dólares en el mercado estadounidenses (entre 50 y 80 euros aproximadamente). Ahora, si el consumidor siente que fue timado por la compañía californiana, podrá devolver el producto y exigir el reembolso del precio original del artículo, de acuerdo con el pacto alcanzado por la sociedad, que permitirá zanjar una investigación abierta por los fiscales generales de 44 estados del país.
Se evita así una larga y costosa batalla judicial. El regulador repite el mensaje que lanzó en la reprimenda contra Reebok, filial de Adidas: la empresa no presentó las evidencias científicas para certificar que suszapatillas EasyTone y Runtone reforzaba los músculos de piernas y glúteos con más intensidad que un calzado normal. Skechers, como Rebook, defienden la tecnología y señala que la prueba está en las ventas.
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