Una peligrosa e insólita situación vivieron científicos marinos que trabajaban en la costa sudoeste del Cabo de Sudáfrica. Y es que mientras investigaban a los tiburones “voladores”, uno de ellos saltó dentro del barco. Y pesaba 500 kilos.
El hecho ocurrió cerca de Seal Island, en False Bay, una de las partes más famosas del océano característica por estos escuelos “con alas”, informa ABC.es. “Salimos a la bahía todos los días para conseguir datos sobre los tiburones”, comentó Enrico Gennari, el director de Investigación de los Océanos, a la revista National Geographic.
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